El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha presentado, junto a la Federación
Española de Bebidas Espirituosas (FEBE), una campaña que, con
una duración de 18 meses, tratará de inculcar entre los más jóvenes las muchas
razones que existen para no beber alcohol y para superar las presiones de su
círculo de amigos. En ella han colaborado, entre otros, la psicopedagoga Rocío
Ramos(conocida como Super Nani), que se dirigirá a los padres
con sus consejos, y el jovenrapero
Rayden. Todas las propuestas serán recogidas en un libro
titulado“Menores: Ni una gota. Más de
100 razones para que un menor no beba alcohol”.
El
alcohol no es un juego
En
el acto de presentación de esta iniciativa, se hicieron también públicos los
datos de la última Encuesta Escolar sobre Drogas (2012-2013), donde se observa un un
ligero retraso en la edad de inicio del consumo de alcohol, que se eleva a los
13,9 años frente a los 13,7 de la consulta anterior. Dos de las conclusiones
más preocupantes reflejan que el 84 por ciento de los estudiantes de entre 14 y
18 años ha consumido alcohol alguna vez en la vida, lo que supone un aumento de
nueve puntos porcentuales respecto a los datos de 2010, y que el 82 por ciento
lo ha hecho en el último año, frente al 74 por ciento de la encuesta anterior.
Por
otro lado, el 74 por ciento, es decir, tres de cada cuatro escolares, ha
consumido alcohol en el último mes, frente al 63 por ciento registrado en 2010.
Y de ellos, un 40 por ciento reconoce haberse emborrachado,
lo que supone que un tercio de los menores de edad, cuando sale de marcha, se
emborracha. Además, el 40 por ciento de los menores que beben lo hacen en
forma de atracón y
su percepción del riesgo es muy baja. En este sentido, la mitad de los
encuestados considera que tomar cinco o seis copas seguidas no tiene
importancia. Por otro lado, más de la mitad de los menores de entre 14 y 18
años (53 por ciento) dice haber hecho ‘botellón’ en el último mes.
Para
el Ministerio de Sanidad, la
responsabilidad de la sociedad y el papel de las familias como factor de
protección frente al consumo es fundamental para evitar que los adolescentes
prueben el alcohol, una sustancia nociva para su salud desde la primera gota.
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